OCTOPUSRED un universo de libros por crear

 

En OCTOPUSRED hemos diseñado cinco colecciones: Trirreme, Galeón, Piróscafo, Submarino y Crucero, que engloban toda la literatura universal desde la época clásica hasta nuestros días. Nuestras colecciones reciben los nombres de las embarcaciones más destacadas de las diferentes épocas literarias, aquí te dejamos nuestra tabla resumen:

COLECCIÓN INVENCIÓN DEL BARCO ÉPOCA LITERARIA
Trirreme Época clásica Literatura clásica (griega y latina)
Galeón Siglo XVI Siglo de Oro
Piróscafo Siglo XVIII Desde Rococó hasta el Naturalismo
Submarino Siglos XIX y XX Modernismo y Vanguardias
Crucero Siglo XXI Literatura actual
santorinni greece during daytime
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¿Quieres descubrir cuál es su origen?

Te lo contamos, a continuación, con un breve relato 

 

Érase una vez un joven griego llamado Octopus, tan enamorado del mar, que una mañana decidió adentrarse en el inmenso océano con la intención de encontrar al dios Poseidón para desafiarlo y conseguir despojarlo de su poder. Cogió su trirreme (un barco griego ideado para luchar contra los enemigos) y a unos cuantos hombres que hicieran de remeros, alzó la vela y se puso en marcha mar adentro sin ningún rumbo. Cuando atardeció se levantó una espesa niebla que le impedía ver más allá de sus narices. A los pocos minutos de estar navegando a ciegas se escuchó un estruendo que provenía de las profundidades del mar y decía:

—¿Por qué me buscas joven griego?

La tripulación entera enmudeció y miró al joven esperando a que este respondiera.

—Te busco porque eres dueño y señor del mar, pero estoy seguro de que no lo amas tanto como yo. Por eso vengo a desafiarte y si salgo vencedor me darás tu tridente y dominaré el océano y todo lo que hay en él.

Poseidón, al escuchar la osadía del muchacho dijo:

—Está bien, si tanto amas el mar y tanto lo conoces, te daré una oportunidad para que me venzas. Si respondes correctamente a estas dos preguntas sabré que eres merecedor de ganarte mi puesto.

—No tengo miedo a nada —dijo el muchacho— hazme esas preguntas.

El dios sonrió y dijo:

—¿Cuántas gotas de agua hay en el mar y cuanta arena esconde?

El muchacho se quedó mudo y su rostro empezó a volverse triste.

—No… no lo sé —contestó cabizbajo— pero que estoy seguro que mi amor se puede igualar a la cantidad de gotas y de arena que contienen los mares.

De repente, la niebla desapareció y justo a sus espaldas se encontraba el mismísimo Poseidón sosteniendo su tridente. Puso su mano en el hombro del joven y le dijo:

—Sabes que no es la respuesta que esperaba pero me has conmovido y por eso te daré el don de la inmortalidad como el que tenemos los dioses. Navega más, investiga, lee, aprende y recopila todas las historias que encuentres en tus travesías, aunque a ti te parezcan que no tienen nada que ver con esto. Todo en la vida es un aprendizaje valiosísimo. Y, cuando averigües la respuesta a mis preguntas no me negaré a darte mi tridente.

Octopus se volvió a casa y meditó sobre lo que le había dicho el dios. ¿Podría algún día encontrar solución a esos acertijos?

—La inmortalidad puede ser algo horrible si no le doy un sentido  —pensó para sí—. Comenzaré a navegar, incluso iré a tierras que nadie ha conocido jamás, guardaré cada historia, cada palabra, cada letra. Buscaré barcos nuevos, más veloces, más resistentes y más grandes para guardar en ellos todo lo que encuentre a mi paso.

ancient architecture artistic arts
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Así lo hizo. Durante su travesía con el trirreme descubrió historias como La Eneida, El asno de oro… Tuvo la oportunidad de que Esopo le contara sus Fábulas y estuvo presente en los Doce trabajos de Hércules. Además conoció a pensadores como Paltón, Aristóteles Hesíodo… Y otros muchos.

Al cabo de los siglos llegó a tierras españolas donde se encontró con un nuevo tipo de embarcación, con una enorme bodega y más grande y fuerte: el galeón español. Con él comenzó una nueva aventura y logró añadir a su colección títulos como Don Quijote de la Mancha, La Celestina, El poema de Mío Cid, El Lazarillo de Tormes (quizás él sepa quién escribió este último, no lo sabemos)… Pero en su galeón no solo guardó libros españoles, también viajó a Gran Bretaña donde conoció a Daniel Defoe, a Dante, a William Shakespeare…

Muchos años más tarde llegó a sus oídos que un tal James Watt había creado algo revolucionario, ¡un barco que no dependía del viento y las mareas para moverse! Octopus, al enterarse de tal invento desembarcó allí y se hizo con una de esas nuevas embarcaciones llamadas piróscafos. Al principio no sabía bien cómo funcionaba ya que, a diferencia de los que había manejado anteriormente, el piróscafo se movía por la fuerza del vapor creado en unas calderas que llevaba dentro la nave.

Gracias a la velocidad del buque pudo ir a muchos lugares en muy poco tiempo y aumentar su colección en el piróscafo con las obras de autores españoles como: Moratín, Cadalso, Bécquer, Galdós, Clarín, Pardo Bazán o Fernán Caballero…; además de escritores extranjeros como Jonathan Swift, Mark Twain, Washington Irving, Flaubert, Goethe, Louis Stevenson, Allan Poe, Thomas Mann, Julio Verne, William Wordworth o Taylor Coleridge…

Aunque no se arrepentía de las cosas que había leído, Octopus comenzaba a sentirse cansado y, para más inri, había llegado la guerra al mundo entero. Aunque él ya había estado presente en enfrentamientos civiles, batallas entre reinos y países, y muchas guerras causadas por la política; jamás había visto semejante barbaridad creada por el ser humano.

A causa de los graves ataques contra la humanidad, tuvo la necesidad de esconderse y qué mejor lugar que el mar, pensó. Pero resultó que el mar también estaba plagado de muerte y tránsito de los diferentes ejércitos y con su piróscafo podía ser un blanco fácil para cualquiera.

grey submarine in body of water under cloudy sky

Se enteró de que en España estaban trabajando en un prototipo de barco que en lugar de navegar por la superficie lo hacía sumergiéndose en el agua, lo llamaban submarino. Esto le encantó al joven, que se llenó de nuevo de ilusión por la aventura, y aunque en las profundidades del mar también había peligro de que lo atacasen, elaboró unas rutas alternativas, seguras para aparecer y desaparecer en tierra cuando quisiera sin ser visto. Gracias a su ingenio pudo conocer a todas las celebridades del declarado Modernismo vanguardista en la literatura: Pío Baroja, Azorín, Unamuno, Valle Inclán, Rubén Darío, Machado, Lorca, Hemingway… y, por supuesto a Juan Ramón Jiménez del que se maravilló y para el cual hizo una colección exclusiva, a la que se le puso el nombre de JRJ.

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Ya han pasado centenarios y centenarios desde que Octopus se puso en marcha y aún hoy sigue surcando los mares en busca de nuevos autores para su respuesta. Sus colecciones Trirreme, Galeón, Piróscafo, Submarino, JRJ y, la más actual, Crucero, están llegando a todo el mundo y también tú puedes conocer todo lo que esconden y ayudar a Octopus a encontrar la solución al acertijo.

 

Lee y descubre hasta donde puedes llegar porque los límites sólo los pones tú.

 

¡Bienvenido a la revolución literaria universal!

 

®Ana Garrido Fargas

Editora de contenidos de OKTO Contenidos

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