El pasado agosto publicamos otra de las famosas obras de Federico García Lorca, Yerma, con la cual cerrábamos una trilogía muy importante para el autor:
Los dramas rurales de Lorca
Junto a Yerma (1934), aparecen sus otras dos tragedias Bodas de sangre (1933) y La casa de Bernarda Alba (1936), ambas publicadas también en OCTOPUSRED. A estas tres obras se las recoge bajo el nombre «Trilogía de los dramas rurales de Lorca», una trilogía que ya el poeta anunció que escribiría, expresando su interés en la España rural.
Este conjunto de obras dramáticas que comenzó con Yerma y finalizó con La casa de Bernarda Alba -quizá la obra más intensa dentro de esta trilogía- tienen en común varios puntos que Lorca supo retratar a la perfección, unificando de esta manera tres obras maestras de la literatura española.
Por un lado, la ambientación campesina, es decir, los tres dramas se desarrollan en el campo en un ambiente completamente rural donde además, por encima del hombre, destaca el papel de la mujer. En las tramas de estas obras será la mujer la que lleve la voz cantante, la protagonista o, en otros casos como La casa de Bernarda Alba, las protagonistas. Esto nos lleva a que, por otro lado, se repitan ciertos temas como son la esterilidad, la frustración amorosa, la moral frente al deseo de libertad, etc., siempre en boca de las mujeres que desempeñan las funciones principales de las obras.
La abundancia de elementos simbólicos es también una seña de identidad de Lorca. A lo largo de estas tres historias -y de la obra de Lorca en general- van a aparecer elementos como la luna, la sangre, un jinete, el agua…, todos con un significado concreto dentro de la trama.
¡Descúbrelo en nuestras ediciones!
Adéntrate en este universo rural lorquiano, lleno de misterios a la par que hecho reales como en Bodas de sangre; alza la voz por la libertad como las hermanas en La casa de Bernarda Alba; y siente la pasión desenfrenada de un deseo como Yerma.
Te invitamos a que luches junto a las protagonistas de estas historias, unas mujeres cuyo único empeño es ser libres, unas mujeres a las que Lorca dio voz y opinión en un periodo en el que nadie les hacía caso.
Te animamos a que te quites el sombrero como hicieron muchas mujeres y hombres, incluido el poeta, en la Puerta del Sol en los años 20, en favor de la igualdad, de la verdadera igualdad, por aquellas mujeres que hoy día en pleno siglo XXI en otros países no tienen ninguna libertad.
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